Las sujeciones, como técnica para mantener reducida la movilidad de los ancianos, fue considerada como un mecanismo de “protección” para evitar caídas, lesiones u otras formas de tropiezos inesperados, por los que sufrían lesiones los mayores de edad dependientes, o aquellas personas con demencia u otras enfermedades limitantes.
Además de las sujeciones utilizando correas u otros objetos, existen las sujeciones químicas o farmacológicas, cuya administración tiene efectos sedantes para mantener a la persona en estado de quietud física y mental.
Pero, ¿realmente son necesarias las sujeciones de estos tipos? En España, existe un movimiento altamente sensibilizado, que cuestiona el uso de sujeciones y propone alternativas para mejorar la calidad de vida de las personas adultas, pues los estudios estadísticos indican que lejos de “proteger” y disminuir los efectos negativos, se elevan a cifras alarmantes.
¿Cuándo utilizar Sujeciones?
La respuesta a esta pregunta entra en conflicto porque se trata de una cuestión de ética y valoración real del momento para utilizar una sujeción. Pues no debe estimarse como una solución a largo plazo que cubre otras deficiencias y ampara comodidades, tanto en residencia privadas, públicas u hospitales.
No obstante, la sujeción se ha utilizado cuando:
- Se requiere instaurar o mantener tratamientos terapéuticos para preservar la vida del paciente.
- Mantener bajo control los movimientos muy agitados o conductas alteradas.
- Inmovilizar al paciente de forma efectiva para procedimientos traumatológicos.
- Evitar tropiezos, golpes o caídas.
- Mantener una buena postura.
A todas estas, la idea que priva es evitar el uso de sujeciones y ponderar el momento y las circunstancias extremas para su utilización.
¿Por qué se cuestiona la Sujeción para ancianos?
Las sujeciones se están utilizando de manera exponencial en España, cifras alarmantes indican que se eleva este tipo de técnica exponiendo al paciente a efectos secundarios negativos prevenibles con otras metodologías.
En el año 1997, se registró que el 38% de las residencias en España utilizaban sujeciones, pero transcurridos más de 20 años, la cifra se ubica en 84%, y en la ciudad de Madrid oscila entre 8 y 10%; cuando en otros países no llega al 3%.
La sujeción termina por debilitar las funciones mentales y físicas de los pacientes, pues lo condena a una pérdida de su capacidad de auto recuperarse en forma progresiva, o del uso mínimo de sus capacidades remanentes.
Los efectos adversos son terribles, ya que, además de no evitar las caídas, produce malestares físicos y psicológicos evitables. Entre los efectos negativos destacan:
- Atrofia en el sistema muscular.
- Salpullidos y ulceración de piel.
- Propensión a caídas.
- Incontinencias.
- Baja autoestima.
- Desánimo y tristeza.
- Desarrollo de actitudes agresivas.
El reto es mejorar la calidad de vida de los ancianos dependientes y las personas con enfermedades de demencia y otras, para que su etapa doliente se transite con dignidad y respeto.
¿Cómo Evitar la Sujeción en personas mayores?
Existen terapias alternativas cuyo centro de atención primaria es el paciente, su entorno familiar, sanitario/profesional y el lugar donde residan.
Si bien es cierto que hay ocasiones en que el uso es inevitable, lo correcto es utilizarlas en período de tiempo muy breve, bien sean sujeciones farmacológicas como físicas.
Mientras tanto, el tiempo es suficiente como para:
· Acondicionar el Lugar donde Reside el Paciente
Si puede estar en un lugar despejado de objetos para evitar caídas, mucho mejor. Procure sacar alfombras, tapices decorativos, tapetes de muebles, cables y cuanto se considere que puede afectar el desplazamiento del cuidador y el paciente.
Durante la noche, tenga a una distancia prudencial de la cama, los enseres y medicinas que utilice el anciano; además, mantenga iluminada la habitación con luz tenue, que le permita descansar, al mismo tiempo que observarlo en la noche.
· Realizar Actividades Lúdicas y de Control
Es menester mantener a los ancianos entretenidos con los juegos, charlas, lecturas o programas que más les gusten, de tal forma que se mantengan atentos para disminuir la ansiedad, tristeza, soledad y baja autoestima.
Los organizadores de este tipo de actividad recomiendan a la par, solicitarle al paciente ir al baño cada dos horas, con lo cual controlan las micciones y defecaciones de forma programada.
· Atención al Paciente en cuando a su Indumentaria
Mantener al paciente aseado, con zapatos cómodos y seguros, ropa acorde con la estación climática, además de la disposición inmediata de bastones o sillas de rueda, les dará confianza y ánimo para continuar sus terapias de sanación.
· Formación Educativa al Personal que rodea al Paciente
Esto es clave en terapias alternativas, pues todo el personal que rodea al paciente debe tener preparación o información especializada en el tratamiento de personas ancianas; especialmente saber qué hacer frente a una caída o en situaciones de agitación intensa.
· Seguimiento Continuo
La valoración integral permanente del anciano dependiente es necesaria para ambas técnicas de control, bien sea por sujeción y farmacológica, o alternativa. De la primera, es imperativo respetar el modo de usar la sujeción. Por la segunda, implica mayor acercamiento, protección y paciencia.